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¿Odias o amas a Esperanza a Aguirre?



Esperanza Aguirre lo ha vuelto a conseguir. Esta semana ha copado de nuevo los titulares de todos los medios de comunicación. Ha logrado que se hable de ella y de sus medidas.  Y lo que es mejor: en la calle se comenta más que la presidenta de la Comunidad de Madrid quiere reducir los diputados autonómicos a la mitad que de la segunda bajada de sueldos a funcionarios e interinos; o que de las subidas que van a sufrir los madrileños en algunos servicios.

Cuando ya parecía que se había pasado la resaca de sus declaraciones sobre el partido de la final de la Copa del Rey, Aguirre ha vuelto a ser el centro de atención. Y para muchos ha repetido la misma estrategia de crear polémica con un tema (Copa del Rey, recorte de diputados) para tapar otro (bajada de sueldos funcionarios, caso Bankia o que el déficit de Madrid es mucho mayor de lo inicialmente presupuestado).

Aguirre nos tiene acostumbrados a que cada vez que dice o hace algo es noticia: sus declaraciones sobre lo poco que trabajan los profesores o su petición de que la Unesco declare los toros como bien cultural, sin olvidar sus continuos enfrentamientos con Rajoy o Gallardón, son solo algunos ejemplos.

Otras veces no necesita ni abrir la boca. Con solo una imagen - como la foto en la rueda de prensa que dio con calcetines tras el atentado en Bombay- le basta y le sobra.

Primero: conseguir que te escuchen

Pero ¿qué hay detrás de esa estrategia de ser siempre el punto de atención? "En política el primer paso para no pasar desapercibido es no crear indiferencia y lograr notoriedad. Así consigues que te escuchen" explica Yuri Morejón, director de Yescom Consulting.

Pero este experto en comunicación política añade: "para tener notoriedad, unos te tienen que adorar y otros te odian. Ojo, notoriedad no es lo mismo que popularidad. Notoriedad es que te conozcan, que hablen de ti y popularidad es que hablen bien de ti", añade.

Y en las últimos meses, se ha hablado mucho de Aguirre y precisamente no siempre bien. La presidenta ha hecho muchos enemigos entre funcionarios, profesores, sectores nacionalistas e incluso entre miembros de su propio partido. Pero aún así sale reforzada. ¿Por qué?

"Esperanza Aguirre tiende a identificarse con el sentido mayoritario de la población en determinados temas y eso potencia su imagen" explica Roberto Rodríguez, profesor asociado de ICADE y del Master de Comunicación Politica de Navarra.

Morejón defiende que la presidenta es consciente de que su público son los madrileños y trata de movilizarlos. "Su mensaje es claro, breve y directo", explica. "Ella es fiel a sí misma, a su trayectoria, a su proyecto. Cuando se salta la disciplina del partido es para darse valor a ella misma", añade.

La antítesis de lo que era

Pero no siempre ha sido así. En tiempos de Aznar, cuando era ministra de Educación, esta política era una de las principales víctimas de programas de humor como Caiga quien Caiga por sus meteduras de pata e inseguridades. El cambio ha sido radical. Hoy, es una experta en el manejo del lenguaje de los medios de comunicación.

"En la actualidad en los medios prima lo interesante, lo llamativo o lo vistoso más que lo importante. Y Aguirre no duda en ponerse a bailar, vestirse con la camiseta de un equipo o aparecer de chulapa. Así capta la atención mediática y a la vez trasmite una imagen de cercanía" explica Roberto Rodríguez.

Un simple vistazo a las imágenes de su perfil en Twitter @EsperanzAguirre paseando por Madrid son una prueba más de ese intento por mostrarse como una política a pie de calle, cercana, que conversa con la gente.

Además, añade este experto, Aguirre sabe que los medios de comunicación se nutren de polémicas. "Es consicente que la ejemplaridad de los políticos vende en tiempos de crisis y por eso habla de recortes. Capitaliza su atención y al mismo tiempo se convierte en abanderada de la austeridad", afirma Rodríguez.

La presidenta madrileña utiliza más técnicas de comunicación. Según Morejón,  "cada diez días tiene un impacto, un titular en los medios de comunicación"; tiende a "mimentizarse con el escenario" de sus actos cuidando al máximo cualquier imagen, "aunque parezca improvisada"; e incluso utiliza el telepronter, una herramienta que usan muy pocos políticos en España, y que le permite no aparecer leyendo papeles cuando está en un acto.

Todo tiene un riesgo

Pero con sus polémicas, Aguirre a veces parece rozar ciertas líneas rojas. Y eso puede volverse en su contra. "No siempre sabe calibrar el efecto que tendrán sus declaraciones" y erigirse como "el verso suelto" del PP, explica Roberto Rodríguez, unido a una sobrexposición en los medios, puede acabar quemando su imagen.

Además, los ciudadanos ahora tenemos más información y "somos más conscientes de cuándo se utilizan determinados mensajes para tapar otros", añade Yuri Morejón.

Por otro lado, a Esperanza Aguirre se le presentan varias amenzas, según este experto. La primera, es cómo va a rentabilizar sus apariciones en medios de comunicación "cuando la mayoría de las noticias van a ser negativas debido a los recortes que impone la situación económica". Y segundo, habrá que ver cuál será el papel que desempeñe la alcaldesa Ana Botella, la recién llegada a la escena política madrileña.

Fuente: La Información

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